De nuevo hacia un difuso y gran esfuerzo por intentar rrecordar su pasado. Y solo conseguía un magnífico gran dolor de cabeza por recordar algo que ni siquiera quería. Soñaba con ellos, pero solo era música y muchas luces y caos..muy parecido al The luxury pero con menos clase.
Hechó una ojeada al enorme cuarto de terciopelo rojo. Tan elegante como siempre. Se sentó en la cama, eran las dos de la madrugada, ahora el día empezaba para los no-muertos y hoy algún estúpido mortal desaparecería de esat tumultuosa ciudad sin dejar rastro algunos, salvo tal vez alguna gotita de sangre .
Se levantó y se dirigió a un pequeño espejo que había. Se miró, pero estaba vacio, como si en la habitación no hubiera nadie. Llevaba más de 7 años sin verse, sin saber como era, le decían lo bella que era, que tenía los ojos violetas, tenía retratos, pero jamas sabría como era. Fulminó con la mirada el espejo sabiendo de que su reflejo nunca le devolvería aquel gesto. Cogió un peine de un cajón y se peinó el largo pelo castaño.
Dejó el peine en su sitio y se dirigió al armario del cual tomó una vaporosa minifalda negra, un corsé negro y unas altas sandalias con tacones.
Una vez vestida, salió con paso delegante al corredor, la fiesta ya había empezado, saludo a todos los que se encontraba a su paso hasta llegar a una zona una esquina de la gran sala con música e hijos de caín donde había un sofa y donde se dejó caer. Alzó la mano y enseguida un camarero trajo una copa, la típica de coctel con un liquido rojo intenso, puro y mate, en su interior, Sangre. Sonrió para sus adentros, recién "cosechada", de una victima fresca. Le dió un sorbo a la copa y continuó observando la llegada de gente y su partida. Las luces des discoteca, la música a todo volumen. Decididamente le encantaba aquella vida y por algo la había elegido.